Los elevados costos de los medicamentos antirretrovíricos, y su difícil administración, los vuelve inaccesibles para la mayoría de las personas infectadas con el VIH/SIDA, en el mundo en desarrollo y de países con economías en transición.. Además, los graves efectos secundarios de estos medicamentos en los pacientes seropositivos afectan para siempre su calidad de su vida. Todos los tratamientos disponibles hasta el momento son incapaces de curar la enfermedad y solo se limitan a retrasar su desenlace, lo que reitera el principio de todas las campañas contra el SIDA: la prevención sigue siendo la mejor arma contra la pandemia
as estimaciones del Programa Conjunto de Naciones Unidas para el SIDA (ONUSIDA) y la OMS indicaban que a finales del 2000 había 36.1 millones las personas contaminadas en el mundo, de los cuales 25.3 millones están en África subsahariana, donde la epidemia está considerada la más grave y su impacto es más visible, ocurriendo un desplome en la esperanza de vida, importante indicador del nivel de desarrollo de un país.. En muchos países de América Latina y Europa occidental, a pesar de que las tasas son más bajas, se han multiplicado el número de infecciones desde 1994. El Asia, que acoge a la mitad de la población del planeta, vio aparecer el virus VIH solo a fines de 1980 pero en la actualidad ocurren allí una de cada cinco infecciones del total mundial. Sin
embargo, se cree que las verdaderas cifras pueden ser mucho más devastadoras. Por ejemplo, las cifras declaradas por la India -alrededor de 3.5 millones de infectados- podrían ser mucho mayores. Resumiendo la situación, más del 95% de las infecciones VIH ocurren en los países en vías de desarrollo, avanzando más rápidamente entre las mujeres, los niños y los jóvenes.